Un harem más, pero quizá el mejor contado
Para empezar el opening fue bastante agradable, con ese eco que poco a poco varía en su letra conforme avanza la canción.
Generalmente estas series que no tienen mayor complejidad en su estructura que la de un chico rodeado por un montón de chicas que le corresponden. Y sin importar ello, los giros absurdos que siguen en cada capítulo hacen llorar a alguien de la risa.
Algo que me causa bastante curiosidad es el mensaje esencial: Seto salva al muchacho y por ende está comprometida a casarse o a sacrificarse; Nagasumi reconoce la integridad que ella tiene ante su ideal, y por respeto acepta el compromiso. En otras palabras los dos se juran fidelidad y protección mutua a partir de ese momento. Ojo nunca mencione amor, este concepto no es usado en esta serie. De alguna manera se espera que ese sentimiento surga en los dos conforme pase el tiempo, no que sea el iniciador de su relación. Por eso Nagasumi accede en cambiar a lo largo de los 24 episodios, y parecerse más al hombre ideal de su mujer.
Ya que la serie estaba llena de sirenas y seres marinos que se transforman y encubren su identidad ante la sociedad humana; estuve esperando que Sarutobi fuese un miembro del clan de los hombres-mono que viven en los bosques. Y que igual que San o Runa, viviera disfrazado, escondiéndole la verdad a sus amigos. Pero bueno eso sólo sería más relajo y alargaría la serie.
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